Estadística Española, 1979 Ene-Jun; (82-83) 9-16
Instituto Nacional de Estadística y Universidad Autónoma de Madrid
Se llama sistema a toda organización compleja y dinámica, bien diferenciada del resto del mundo, dirigida a una finalidad, simple o múltiple, y cuyos elementos constitutivos tienen entre sí intensas interacciones no triviales.
En los recientes diez o quince años se ha dado gran impulso a los estudios sobre los sistemas en general, y no sólo en su consideración particularizada, y esto ha modificado el tratamiento de las más diversas disciplinas.
La Sistémica, como indica su nombre, se ocupa de la teoría y métodos relativos a los sistemas, y el calificativo de sistémico se aplica a cualquier aspecto relacionado con la investigación, análisis y representación sintética de los sistemas. Por una parte se formulan teorías que recogen los principios universales de tales complejos dinámicos de componentes interactivos dirigidos a una finalidad. Por otra, se examinan y desarrollan procedimientos apropiados para el mejor conocimiento de dichos entes: funcionamiento, entradas y salidas, diagramas de flujos, bucles de realimentación, efectos desfasados, puntos sensibles respuestas a estímulos, en particular a cambios en variables endógenas al sistema (metas y variables complementarias) y exógenas (instrumentales y datos), y a los parámetros de sus modelos representativos. Así como al modo de evaluar su comportamiento y el cumplimiento de sus objetivos, y la posible referencia a subsistemas y a súpersistemas en que esté incluido el sistema en estudio. Los subsistemas están típicamente en tensión o antítesis unos con otros, pero se integran asumiendo su contraposición, en un sistema único.
Por supuesto que no deben confundirse sistémico y sistemático (esto es, metódico, ordenado; lo opuesto arbitrario o errático) aunque ambos se deriven de la misma raíz griega (συστημχ= reunión, conjunto, corporación). El tratamiento totalizador, holístico (όλα = todo, entero, total, completo) se opone al particularizado o atómico, e incide de muchas maneras en la cultura contemporánea (Fausto dice:Wie alles sich zum Ganzen Eins in dem andern wirkt und lebt. En traducción libre: como en el Todo todo se sitúa - Cada uno en los demás vive y actúa).
La idea de Gestalt, la de patrón, etc., son básicamente sistémicas. En forma sobresaliente, la introducción de la Cibernética por Norbert Wiener, esto es, de la ciencia de la comunicación y del control, constituye una formulación y matematización del concepto sistémico, con especial atención a los mecanismos de realimentación o «feedback» ([*]), mientras que la teoría general de sistemas encuentra sus principales aplicaciones en la problemática de la sociedad actual y de las grandes organizaciones y dilemas de la especie humana y del mundo de hoy y de mañana. Por otra parte, para algunos, la I.O. (o la O. R. / M. S.) se refiere la parte operacional de los sistemas y es un elemento constitutivo de la Sistémica.
Las casi permanentes crisis agudas, dentro de la gran crisis crónica en que nos encontramos inmersos, nos llevan a ocuparnos de los varios sistemas de que formamos parte. Pero ha de recordarse que para algunos los sistemas no son entes físicos sino conceptuales, constituidos por acción recíproca entre el mundo real, inaccesible y nuestros procesos cognitivos-afectivos, asociación del conocimiento con los afectos y motivaciones. En nuestras funciones de relación figura de manera importante en nuestra actividad profesional. Pero además, los estadísticos, como tales, tenemos que enfrentarnos con las dificultades peculiares que supone la construcción de puentes entre la realidad empírica y la abstracción teórica. Entre el mundo real y el modelo que lo representa. Es decir, el estadístico, como todo trabajador, deberá atender a lo que hay de sistémico en su actividad, en su comportamiento positivo, en el suyo propio y en el comportamiento promedio, y quizás también extremo, de su profesión, y tal es en lo que sería su modo ideal de abordar la vida social y física, aquí y ahora; su comportamiento «normativo». Y como profesional estadístico habría de preocuparse también de los aspectos inferenciales, predictivos y decisorios, que supone el enfoque sistémico de la realidad societal, sin olvidarse de consideraciones axiológicas, filosóficas y hasta metafísicas, para conseguir sistemas de información decisivos, como dice Churchman, y no sólo sugestivos o sugerentes, tal como ponen de manifiesto nuestros colegas canadienses.
La respuesta a tan difíciles y un tanto nebulosos planteamientos no debe hacerse en forma frívola o superficial. Pero con toda la modestia que se basa en reconocer que un estadístico no es, en general, un especialista en sistemas, aunque se haya ocupado de algunos temas tan afines como la modelización, acertadamente estudiada por D. R. Cox (1977) en su enseñanza de la estrategia de la estadística, es necesario fijar la atención en problemas sistémicos, cuya resolución, aún provisional e imperfecta, requiere tiempo y equipos interdisciplinarios.
Tal vez no esté demás, al tratar de la posible constitución de estos equipos, comenzar por la reconsideración de lo que entendemos por «estadístico», tratando de evitar las crisis de identidad, tan características de nuestro trabajo. No hace mucho el profesor Malinvaud, director del INSEE, se refería a tres tipos de estadísticos: el sabio, el ingeniero y el contable. Y el Instituto nacional de estadística está estudiando los problemas de integración de los estadísticos que trabajan en tres grandes campos: a) las Oficinas Centrales de Estadística, b) las Universidades y centros de investigación, y c) la empresa privada, a fin de hacer más efectiva y fecunda la comunicación. Con este motivo surgió la conveniencia de hacer un estudio taxonómico de las actividades estadísticas, y con base en dos tipologías, una debida al doctor Brillinger y otra que publicamos en Estadística Española, en 1971, se ha propuesto la siguiente:
a) Matemáticos probabilistas, estadísticos matemáticos y teóricos.
b) Estadísticos aplicados, ingenieros estadísticos, analistas de datos.
c) Directores de grandes operaciones estadística, censos, encuestas, estadísticas continuas.
d) Ayudantes, auxiliares, calculadores, etcétera.
e) Estudiantes, en sus diferentes niveles.
Hay situaciones que pueden incidir en dos o más de las clases anteriores, como ocurre a veces con los especialistas en encuestas por muestreo y en diseño de experimentos. Por otra parte esta clasificación debe cruzarse con la que se refiere a los campos de aplicación: biológico, médico, farmacológico; industrial, comercial, económico, social, político, etc. y sus subdivisiones importantes, como son los estudios de epidemiología en Bioestadística, o de análisis de mercados en las aplicaciones económicas, o de opinión pública, etcétera.
Además deben considerarse las actividades que limitan con la estadística, como son las de los profesionales siguientes:
a) Matemáticos puros, que se interesan por la teoría de la medida, convergencia, etcétera.
b) Investigadores operativos/Científicos de gestión (Operations reserarchers-Management scientists).
c) Cibernéticos.
d) Investigadores y especialistas en campos sustantivos de aplicación, y los «X.-metras» (Como los económetras, biómetras, etcétera.)
Es curiosa la clasificación de P. J.Huber, en Ghurye (1975), aplicable especialmente a las dos primeras clases anteriores, según la fase de desarrollo en que se encuentre su campo de estudio, y que él llama: «tanteadores», «ensambladores» y «exprimidores». Divide la estadística en cuatro grandes ramas: (1) Diseño de experimentos, (2) Adquisición de datos, (3) Análisis de datos, y (4) Inferencia (estimaciones, hipótesis, etc.), (la modelización estocástica la clasifica según sus aplicaciones) y coloca en la clase (3) los esfuerzos para combinar la facultad de los seres humanos para reconocer patrones espacio-temporales (y aquí, en sentido dinámico, podrá incluirse la sistémica) con la capacidad masiva de las computadoras ([†]).
A propósito de lo que acaba de decirse, es conveniente la complementación del enfoque sistémico, que es básicamente diacrónico, con el taxonómico, que suele ser sincrónico. Así la consideración, el estudio de un sistema, de su parte externa, entradas o insumos y salidas o productos, y la parte interna, interacciones dinámicas o regulación primaria y retroalimentaciónes o regulaciones secundarias (según L. Von Bertalanffy), así como la clasificación en sistemas, subsistemas y supersistemas, requieren en ciertos casos la expresión explícita de un principio de clasificación. Ulrich ha presentado una taxonomía para la consideración sistémica de la resolución de problemas basada en la «producción», «uso» y «evaluación del uso del conocimiento».
En lo que se refiere a la profesión de estadístico, habrá que incluír en las entradas o insumos las operaciones de formación profesional. Primero, a nivel de escuela primaria,
la necesidad de imbuir a todo ciudadano nociones fundamentales de inferencia, que desarrollen tanto su espíritu crítico como su espíritu de tolerancia, al reconocer la capacidad y las limitaciones del intelecto humano, de modo que se excluyan la conformidad abúlica o servil y el fanatismo dogmático e intransigente. Por otra parte, «natura abhorret vacuum»; y a medida que disminuyan las tradicionales necesidades de memorización habrá que introducir substituciones y quizás memorizaciones nuevas. Después, al nivel de enseñanza secundaria, ideas sobre la adquisición, interpretación y explotación de los datos, y de la información estadística, y de cómo sus dificultades y costos exigen profesionales de la cuantificación inferencial, que reúnan el dominio de los métodos adecuados con la aptitud para ingeniosas conjeturas y soluciones razonables. Hay un acuerdo generalizado en que para la enseñanza de estas nociones de estadística, como por otra parte, para toda enseñanza, se necesita motivación; pasión, paciencia y potenciación de aplicaciones vivas. Pero tales principios pueden ser difíciles de aplicar por la escasez de enseñantes idóneos y dificultades de intercornunicación. Todo esto nos lleva a cuestiones muy importantes, como son la evaluación y el reciclado, pero que se alejan de nuestro tema de ahora ([‡]). A los aspectos universitarios, de adiestramiento profesional y de investigación nos referiremos más adelante.
En su artículo de M. G. Kendall (1976), sobre la «producción» y el «consumo» de estadísticos en la sociedad moderna, se evalúan en más de 10.000 los miembros de ASA, y en conjunto, en 20.000 a 30.000 estadísticos, aparte de los 3000 miembros de la Sociedad de Econometría, y 20.000 de la Sociedad A. de Control de Calidad, y sin contar a los de ORSA y TIMS y menos a los que trabajan en estadística aplicada. Y menciona que si bien las ciencia estadística trata de los agregados, no hay una rama que se haya ocupado de qué tamaño debía tener un agregado para alcanzar la mayor eficacia en comunicación y operación. Esto sería, en mi opinión, un estudio típicamente sistémico.
Creo que en cuanto a enfoques sistémicos, hay que considerar primero las entradas de los individuos en el sistema estadístico, como en el sistema socio-económico, nacional e internacional, a lo que nos hemos referido al hablar de la formación primaria y secundaria, distinguiendo los tres ciclos universitarios, los concursos, contrataciones y la actividad profesional en general.
En el nivel universitario un problema sistémico difícil es decidir si la estadística debe estudiarse y enseñarse como una disciplina general autónoma, como las matemáticas, o bien como parte aplicada a otra ciencia. H. Robbins (en S. G. Ghurye, 1975) dice que el futuro de la estadística, si se considera subordinada y sirviente de otras disciplinas, puede llegar a degradarse, mientras que si se considera disciplina autónoma, puede llegar a desarrollarse sin conexión con los problemas básicos de la supervivencia misma de nuestra especie. Propone que cualquiera que sea la solución que establezcamos tratemos de trabajar en problemas más importantes, que evitemos el dogmatismo, que contribuyamos a la teoría matemática o a las aplicaciones concretas de acuerdo con nuestras aptitudes e intereses y sobre todo que nos atengamos a un canon de valores humanísticos que sirva de inspiración y justificación a nuestro trabajo, si es posible a nivel superior al de un técnico bien instruido y entrenado (lo cual diría yo, por otra parte, que es tampoco poca cosa).
Por último, en cuanto al sistema socio-económico, es cada vez más necesario que el estadístico vaya a los medios, al terreno de la gestión y de la decisión. La dificultad de proporcionar a tiempo información estadística acurada, esto es, insesgada y precisa, para satisfacer los requerimientos del complejo sistema social, económico y político hace que una gran parte de las decisiones trascendentes se tomen sin más base estadística que las conjeturas hilvanadas con datos no actualizados y supuestos más o menos razonables. Esto se enfrenta con lo que en otra parte llamado las ocho «desiderata» (y sus correspondientes «evitanda») de los datos estadísticos en sus tres niveles, a saber: pertinencia, calidad, oportunidad, eficiencia, inocuidad, integración, credibilidad y difusión.
Es importante la tarea que tenemos por delante los estadísticos para llegar a integrarnos de manera eficiente en los pequeños y grandes sistemas de los que en forma inevitable, se activa o pasiva, se forma parte, tratando de mejorar su estabilidad y sus aspectos metodológicos, pragmáticos o de uso, y técnicos o de medios y fines. Creo que es éste el mayor desafío que se nos depara y al que las nuevas generaciones de estadísticos deberán dar cumplida respuesta.
Caracas, Auditorium del Palacio de las Academias, 13 de noviembre de 1978,
RESUMEN
Exposición general sobre la teoria y aplicaciones de los sistemas y sobre el enfoque o tratamiento sistémico de diferentes aspectos de la actividad estadística.
SUMMARY
General exposition on the theory and applications of systems and on the systemic approach to different aspects of statistical activity.
AMS. 1970 Suject Classification 9305.
BIBLIOGRAFIA
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BRENY, H., ed. (1976). «The Teaching of Statistics in Schools^ (I. S. I.).
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GHURYE, S. G.(1975}. «proceedings of the Conference on Directions for Mathematical Statistics.» ( University of Al be rLa, Canadá).
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[*] Efecto del mensaje recibido sobre la fuente emisora, o control del sistema por reinserción en él del resultado. Por cierto que la realimentación juega un papel muy importante en el quehacer del estadístico, como observador, experimentador y modelista, en sus inferencias y predicciones.
[†] Ulrich menciona la llamada «lista de Fitts», para contrastar las funciones del hombre con las de la máquina.
[‡] Son interesantes a este respecto los trabajos que pueden verse en las obras de Breny (1976) y de Fieter (1976). Sobre la formación de los profesionales de las Oficinas Centrales de Estadística, véase J. L. Sánchez Crespo, 1978.
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