A PARTE REI 16.
Revista de Filosofía
Walter
Riofrío Ríos
Departamento
de Humanidades. Universidad Peruana Cayetano Heredia
Resumen
El presente artículo pretende realizar una
defensa del nuevo modo de entender la investigación científica y de otras áreas
del saber, que viene siendo desarrollado en la perspectiva del programa de las
ciencias de la complejidad frente al anhelo que movió a los investigadores
inscritos en el programa reduccionista de la ciencia (tan ampliamente en boga
hasta hace unos pocos años) a buscar la unidad de la ciencia.
Introducción
Después del gran revuelo causado por los
argumentos externalistas del desarrollo científico ¹ (en especial aquellos que
se refieren al estudio de la dinámica de las comunidades científicas, a la
aceptación y rechazo de teorías, o, al impacto de las jerarquías en la
reproducción de un determinado aparato cognoscitivo previamente aceptado), nos
encontramos en una situación donde es necesario volver a revisar antiguos temas
considerados como clásicos para la teoría del conocimiento. Y esto por una
sencilla razón: los planteamientos externalistas exigen en el fondo, criterios
de normatividad para el desarrollo del conocimiento científico. De este modo,
nociones tales como causalidad, legalidad, explicación, confirmación,
verosimilitud, etc., nociones que tradicionalmente constituyen el núcleo de la
argumentación dentro de los contextos de justificación son, en la actualidad,
objeto de nuevos planteamientos a la luz del giro provocado por la sociología
de la ciencia ².
Uno de los temas que por su naturaleza es de
particular importancia, se refiere a la relación que se produce entre las
distintas ciencias. Mi propuesta es retomar, de modo sucinto, la discusión del
viejo anhelo de lograr una unificación de las distintas ciencias desde la
perspectiva reduccionista. Veremos las dificultades que encontramos para llevar
a cabo una empresa de este tipo. A continuación, me dedico a presentar también
de manera breve, los distintos aspectos que empieza a abordar con gran éxito el
programa de las ciencias de lo complejo y, considero, propone un interesante
modo de entender la unidad de las ciencias. Los límites del reduccionismo.
Con cierta frecuencia, las tesis
reduccionistas se confunden o se hacen equivalentes con las tesis físicalistas.
Esto es un error. Uno puede ser físicalista sin ser reduccionista.
En realidad, una postura reduccionista
reclama algo más fuerte que una tesis físicalista. El físicalismo en su versión
más simple, nos dice que el mundo está conformado por entidades físicas, en
donde se deja en suspenso el tipo de propiedades que las constituyen. Por
ejemplo, uno puede ser físicalista y admitir que, además de las propiedades
físicas, existen-para ciertos trozos de materia-, propiedades mentales que no
se reducen a las primeras.
En cambio, el reduccionismo afirma que
cualquier fenómeno es sólo una cosa física. Sin entrar a postular una ontología
del mundo (pues no puede comprometerse con una ontología de entidades o una
ontología de propiedades, por ejemplo) cabe preguntarse si dentro de una
postura reduccionista es posible admitir la existencia de un conjunto de
propiedades que caracterizan de manera esencial a los seres vivos, o, en el
conjunto de procesos propios de la vida social tiene realidad propia. Desde la
perspectiva reduccionista la respuesta es que, en último término, lo que
verdaderamente existe es lo que describe la física fundamental (partículas,
paquetes de energía, cuerdas, etcétera.) Y tarde o temprano cualquier estado o
evento del mundo podrá ser descrito en ese lenguaje. Todo lo demás puede considerarse
como epifenómeno de lo anterior.
Ahora bien, hay varias formas de
reduccionismo, según uno entienda qué es lo que se reduce. Una primera versión
es aquella que reclama que los términos centrales o básicos de una teoría de
"alto nivel" (de la biología a las ciencias sociales) pueden ser
definidos en términos de (y, por tanto, eliminados a favor de) un vocabulario
más básico de la física o la química. Esta versión es conocida como
"reducción de predicados".
Un segundo tipo nos dice que las leyes de una
determinada teoría de "alto nivel" pueden ser explicadas (y, por
tanto, reemplazadas por) leyes de una teoría de "menor nivel". Este
segundo tipo es conocido como "reducción de leyes".
Existe, también, la llamada "reducción
de teoría o reducción inter- teórica", la cual en su versión estándar
procede con una reducción formal. Una teoría T1 reduce a una teoría
T2 sí, y sólo si, existe un conjunto de reglas de correspondencia o
principios puente que, o conectan las ontologías de ambas teorías (reducción
del dominio de objetos de la una al dominio de objetos de la otra), o se
produce una reducción semántica (se deducen a partir de T1 los
principios básicos de T2). En la mayoría de los casos, los
principios puente son pensados como enunciados de identidad: la temperatura es
igual a la energía cinética media de las partículas, o, el material genético es
igual a la molécula de ácido nucléico.
En las distintas versiones del reduccionismo
hemos de comprender que los dominios tanto ontológico, semántico o nómico de la
ciencia reducida desaparecen o son "absorbidos" por la ciencia
fundamental. Lo que nos presenta el proyecto reduccionista no es otra cosa que
una determinada manera de garantizar la unidad de la ciencia: al plantear, al
menos en principio, la posibilidad de que todas las ciencias puedan ser
reducidas a la física. En este sentido, el reduccionismo aboga por un modelo de
unificación considerado en la filosofía analítica como el programa fuerte:
todas las demás ciencias son solamente capítulos de la física.
Como es conocido, Nagel presenta un programa
de reduccionismo semántico en donde la observación juega un rol fundamental; en
particular, Nagel explora las posibilidades de la traducción de los términos
teóricos a un lenguaje observacional³. La estrategia en este tipo de
reduccionismo es mostrar que los enunciados de una ciencia en particular tienen
un correlato observacional, que a su vez puede ser descrito en el lenguaje de
la física. Sin embargo, como Popper ha puntualizado, gran parte de los enunciados
de las ciencias son enunciados teóricos que contienen referencias a objetos o
fenómenos inobservables. En estos casos, parece no haber una forma
satisfactoria de lograr una traducción de los enunciados de la teoría al
lenguaje observacional:
"[Aunque generalmente se crea lo contrario]... nuestro lenguaje habitual está lleno de teoría, [y] llevamos a cabo toda observación a la luz de teoría, que el prejuicio inductivista es lo único que lleva a muchos a creer que podría existir un lenguaje fenoménico, libre de teoría y distinguible de un lenguaje teórico"4.
También Putnam es, en este respecto, de una
opinión similar: "los objetos no existen independientemente de los
esquemas conceptuales"5. Ahora bien, como sabemos, Putnam sigue
una vía distinta a la de Popper en muchos otros respectos; sin embargo, en el
tema que tocamos, el reduccionismo, las consideraciones acerca de su
posibilidad son tratadas por ambos de forma similar. Efectivamente, al menos
según una interpretación6-que creemos básicamente correcta-, el
primer Popper el de la "lógica de la investigación científica",
sostiene una postura anti inductivista que, además, es compatible con una
versión no acumulativa del desarrollo científico. Este primer Popper considera
que las teorías son en realidad conjuntos de conjeturas, y que el desarrollo de
la ciencia va de la mano conforme a como la comunidad de científicos disponga,
en cada momento de su historia, de un conjunto de conjeturas y de supuestos
básicos con menos errores que los anteriores7. En su momento, Putnam
esgrimirá sus argumentos contra toda postura realista que considere como uno de
sus supuestos, la existencia de las cosas independientemente de un sistema
conceptual pues, básicamente, quien sostenga lo anterior corre el peligro de caer
en serias inconsistencias. Por indicar sólo una de ellas: quien considere que
existe una totalidad de cosas independientes de la mente, afirma Putnam, tiene
que aceptar, al mismo tiempo, se existe una única descripción verdadera y
completa de "cómo es el mundo".
Ahora bien, el mismo Putnam ha demostrado que
sobre la base de los supuestos de una totalidad de cosas independientes a
nosotros y a la aceptación de una noción de verdad como correspondencia (que es
la noción aceptada dentro de este tipo de realismo), uno llega necesariamente a
inconsistencias. En efecto, tomando estos supuestos es posible construir más de
una relación de correspondencia entre palabras o signos mentales y cosas o
conjunto de cosas "externas", todas ellas igualmente legítimas y sin
posibilidad de preferir una a la otra. En otras palabras, tenemos que aceptar
que existen muchas descripciones igualmente verdaderas para todos los mundos
posibles. Dicha conclusión va en contra de lo que acepta el tipo de realismo
que estamos tratando.
Nuestras consideraciones sobre ciertos
aspectos del pensamiento de Popper y de Putnam ponen de manifiesto la base
sobre la cual se edifica el programa reduccionista como vía para la
construcción de una unidad de la ciencia. En primer lugar, no es posible
plantear un programa así sino dentro de una concepción acumulativa del
desarrollo científico (noción que ha sido criticada por Kuhn, por ejemplo). En
segundo lugar, gran parte de los programas reduccionistas consideran que los
enunciados observacionales son neutrales respecto de las teorías. Es decir, se
comprometen con el tipo de realismo que presentábamos líneas arriba y que, como
hemos visto, incurre en contradicciones.
Para añadir una cuestión adicional (que, como
las anteriores pone serios reparos a los programas reduccionistas), es preciso
mencionar el argumento de la "múltiple realizabilidad de los enunciados
generales"8. Este argumento sido utilizado por numerosos
filósofos, entre los que podemos mencionar al mismo Putnam, y ha sido empleado
en una gran variedad de temas; pero nosotros sólo nos interesa tratarlo en
relación con el problema del reduccionismo. Supongamos que tenemos una
descripción completa de las propiedades que constituyen los sistemas de
duplicación y control genéticos; aún así, siempre es posible encontrar más de
una instanciación para estas propiedades en el nivel básico. Esta situación es
similar a la que ocurre cuando decimos que un determinado estado mental no
necesariamente está definido por un único estado de nuestras neuronas. Es más,
es posible pensar que para estar en un determinado estado mental no se
necesiten en absoluto de neuronas9.
El argumento de la múltiple realizabilidad
sostiene que las restricciones de una teoría de "alto nivel" tienen
muchas posibles realizaciones en las teorías de "bajo nivel" o
fundamentales. Por tanto, limita en gran medida las posibilidades de llevar a
cabo un programa reduccionista. De hecho, las versiones que hemos esbozado en
el trabajo conllevan, precisamente, el tipo de planteos que hemos venido
criticando. De este modo, el programa reduccionista inscrito dentro de estos
cauces no parece tener buenos augurios.
Unificación y
Explicación.
Acabamos de ver que una manera de considerar
la unidad de la ciencia es por la vía de la reducción de teorías de "alto
nivel" a teorías de "bajo nivel" o fundamentales. Pero si
hallamos que un término, una ley o una teoría son reducibles decimos, al mismo
tiempo, existe un cierto tipo de explicación. Así, decir que la genética clásica
se reduce a la genética molecular es afirmar que el dominio de las cosas que
explicaba una se halla ahora dentro del dominio de la otra.
La búsqueda de explicaciones es, tal vez, una
de las mayores razones que anima la actividad científica. Se elaboran
explicaciones no sólo para eventos particulares, sino para tipos de fenómenos
que presentan cierta recurrencia. De este modo, al ser central la noción de
explicación científica resultará también de suma importancia disponer de
criterios para responder a dos preguntas que surgen de manera natural:
a. ¿Qué es
precisamente una explicación?
b. ¿Cómo juzgar que
una explicación es satisfactoria?
Se dice que la ciencia brinda explicaciones
de los fenómenos porque nos provee de un entendimiento o comprensión que no
poseíamos con anterioridad a la explicación en cuestión. Así, una explicación
es satisfactoria porque entendemos o comprendemos lo que se explica. Pero este
criterio es vago y en un sentido resulta extremadamente subjetivo. En realidad,
de esta manera no damos respuesta a ninguna de las dos preguntas; antes bien,
simplemente describimos un cambio en el sujeto (lo que le sucede después de
ofrecerle una explicación).
Desde el punto de vista de la filosofía
analítica, la explicación de un hecho o evento (el explanandum) se efectúa a
partir de la conjunción de ciertas leyes con ciertas circunstancias (en
conjunto, el explanans); sobre la base de dicha conjunción, el fenómeno por
explicar es derivado de alguna manera (el tipo de derivación depende del tipo
de leyes que utilizamos). Cuando la derivación es deductiva la explicación
recibe el nombre de Nomológico-deductiva.
Lo atractivo de esta propuesta es que permite
responder rápidamente a ambas preguntas. Una explicación de tal y tal cosa se
sigue de efectuar adecuadamente el esquema presentado. Pero, además, la
filosofía analítica reclama la identidad formal entre explicación y predicción.
Una teoría que nos provea de explicaciones satisfactorias nos brindará, en la
misma medida, predicciones correctas. Como afirma Hempel10, un
enunciado es explicativo en la medida en que es predictivo.
Sin embargo, durante las últimas décadas el
modelo de explicación hempeliano ha sido blanco de numerosas críticas. Existen
diversos contraejemplos que nos indican, al menos, que dicho esquema tiene
necesariamente que sufrir modificaciones o descartarse para amplios sectores de
la ciencia. Según Philip Gasper11, estos contraejemplos pueden
catalogarse de la siguiente manera:
1. Casos en los cuales un fenómeno o evento
"no resulta explicado", aún cuando su ocurrencia ha sido derivada a
partir de leyes en conjunción con ciertas circunstancias apropiadas.
2. Casos en los cuales un evento "si
resulta explicado", aún cuando su ocurrencia no se ha derivado de la
manera anterior.
Muchas leyes traducidas al lenguaje
matemático relacionan los eventos de manera tal que, dada la información acerca
de uno de ellos, obtenemos también información acerca del otro. Estos casos
ponen de manifiesto la llamada "asimetría en la explicación".
Ilustremos lo anterior mediante un ejemplo de la biología: al usar las leyes de
la química -en particular las leyes de la cinética química-, además de la
información de cierto tipo de proteínas -las enzimas- en relación con su
sustrato y ciertas condiciones del medio, podemos obtener distintas velocidades
de reacción a diferentes concentraciones de los compuestos. Queda bastante
claro que la velocidad de reacción se explica (o está determinada) por la
concentración de los reaccionantes (enzima y sustrato). Pero el asunto es que, obtenida
la velocidad de reacción es posible calcular la concentración. Desde nuestra
definición propuesta de explicación los casos son equivalentes; sin embargo, no
podemos decir que la velocidad "explica" la concentración.
El segundo de los casos se instala en
diversas explicaciones que brindan las distintas ciencias sociales sobre
determinados hechos o acontecimientos que provocan un conjunto de efectos según
se presenten cierto tipo de causales; muchos de ellos en circunstancias que
poco le deben a parámetros racionales. Tampoco podemos vislumbrar que se
presenten, dentro del esquema presentado, una apelación a leyes de tipo
histórico o antropológico.
Ambos tipos de contraejemplos ponen de
manifiesto que el modelo hempeliano o por "sustitución a leyes" no
resulta ser ni suficiente ni necesario para dar cuenta de las explicaciones. El
primer caso muestra que no es suficiente, mientras que el segundo de ellos
muestra que no es necesario.
Problemas de esta índole han llevado a varios
filósofos de la ciencia a pensar que este esquema de explicación es
fundamentalmente errado. Algunos, como Van Fraasen, consideran adecuada una
aproximación pragmática12. Según este autor, explicar un evento es
describir aquellos factores que permiten el evento en cuestión ocurra. Pero,
¿cuáles son estos?. La respuesta del Van Fraasen considera que nuestra decisión
de lo que vamos a explicar se determina sobre la base de lo que él denomina
"clase contraste" (contrast class), pues al explicar un determinado
evento no nos ocupamos solamente de él, sino que ponemos su ocurrencia en
contraste con un conjunto definido de otras posibles ocurrencias. La clase
contraste nos permite responder acerca de cuáles son las razones de por qué se
da ese fenómeno y no otro. Con respecto al problema de la asimetría
explicativa, nuestro modelo pragmatista invoca la noción de "relación de
relevancia" (relevance relation), que nos permite fijar la forma en que la
explicación ocurrirá acorde con nuestros intereses. Van Fraassen reclama que nosotros
podemos elegir cualquier relación de relevancia que queramos, en consecuencia,
no hay nada que podamos llamar la causa de un evento independientemente de
nuestro interés particular. Pero uno de los problemas a los que se enfrenta la
teoría de Van Fraassen es cómo asegurar la elección correcta acorde con
nuestros intereses (no es de suyo evidente que, de conocer mis intereses, se
siga que yo pueda realizar adecuadas elecciones conforme, precisamente, a estos
intereses).
Tampoco parece ser que en la historia de la
ciencia, un cambio de una teoría por otra (porque provee mejores explicaciones)
se haya dado por criterios exclusivamente pragmáticos, o, por intereses de los
investigadores. Es más, un grave problema al que se enfrenta una teoría pragmática
como la de Van Fraassen, es la relación entre el poder explicativo y la
decisión entre teorías alternativas. Apelar al hecho de que la búsqueda de
teorías explicativas es, al mismo tiempo, una búsqueda de teorías empíricamente
adecuadas no soluciona realmente el problema. Se tendría, como mínimo, que dar
razones que nos dirijan a realizar esta suerte de equivalencia, pero esto es
precisamente lo que Van Fraassen deja de lado.
Pasando a otro tipo de propuestas, existen
aquellas que incluyen consideraciones sobre la revisión del concepto de causa.
En diferentes oportunidades se ha hecho una identificación de causalidad con
ley de la naturaleza13. En tales situaciones queda el problema de
acomodar la explicación probabilística a ese esquema. Por ejemplo, E. Anscombe14
sostiene que a menos que la física cuántica se encuentre en un error (y no
parece razonable considerar que esto sea así), es posible pensar que exista un
mundo en donde ocurran procesos causales y en donde evento del tipo C puede, en
ciertas ocasiones, causar eventos del tipo E, y en otras no.
Parece ser, entonces, que las relaciones
causales no necesariamente deben caer dentro de leyes universales de
causalidad. La misma profesora Anscombe considera que quizá las relaciones
causales no necesitan de reglamentación legal alguna, ni siquiera de leyes de
tipo probabilístico. Exploremos la noción de causalidad con relación al de
probabilidad.
A partir del desarrollo de la física
cuántica, se irá barajado la idea de que la causalidad no tiene por qué estar
restringida a procesos determinísticos. Reichenbach o Suppes, entre otros, han
sostenido que la noción probabilística puede jugar un papel central en el
análisis del concepto de causalidad. El argumento básico en este programa es
que la causa debería, en algún sentido, aumentar las posibilidades de
ocurrencia de su efecto. Esto se puede traducir en términos de la probabilidad
condicional de la siguiente manera:
C es un elemento que causa un evento E, si
sólo si:
I. C ocurre antes que E
II. La probabilidad condicional de E dado C es mayor que la
probabilidad no condicional de la ocurrencia de E.
Pero como Salmon ha hecho notar, esta
definición puede llevarnos a confusiones y tomar algo como causa de E sin
realmente serlo. La crítica se centra, fundamentalmente, en que la definición
anterior no puede distinguir los casos de causalidad propiamente dicha de los casos
de bifurcaciones causales15.
Una tercera aproximación sostiene que las
teorías son explicativas pues nos ofrecen conjuntos más bien reducidos de
patrones que, al ser utilizados, nos permiten unificar una gran variedad de fenómenos
aparentemente dispersos16. Esta propuesta pretende salvar ciertos
problemas que se presentan en el esquema "por subsunción de leyes".
Por ejemplo, el problema de la asimetría: la explicación corre en ambos
sentidos en la medida de que tengamos dos patrones distintos que describan las
dos situaciones; pero si solamente contamos con uno, entonces, aseguramos la
explicación en un sentido. En realidad, el argumento de Kitcher es mucho más
riguroso y en determinados momentos se utiliza un lenguaje bastante
formalizado. No pretendo en el presente trabajo realizar una exposición
pormenorizada de los análisis de Kitcher, pero como considero que su propuesta
(o variaciones en torno a ella) tiene muy buenos prospectos como para poder
servir de base a los estudios futuros que se hagan o se vienen haciendo en el
novedoso programa de las ciencias de lo complejo, me extenderé en las
cuestiones que considero importantes de desarrollar.
Cuando Kitcher nos habla de la explicación
como unificación, lo que se busca es la mejor unificación de nuestras
creencias. Nosotros somos seres que, por decirlo así, no nos encontramos en
blanco frente al mundo; por el contrario, todos poseemos un conjunto de
creencias sobre las cosas. Según Kitcher, esperamos que una teoría de la
explicación cumpla con los requisitos siguientes:
"En primer lugar, deseamos entender y evaluar el reclamo ampliamente extendido de que las ciencias naturales no nos brindan meramente un apilamiento de aspectos del conocimiento inconexos con mayor o menor significación práctica; por el contrario, aumentan nuestro conocimiento del mundo. Una teoría de la explicación debería mostrarnos cómo la explicación científica incrementa nuestro conocimiento.... En segundo lugar, una teoría de la explicación debe permitirnos ser capaces de comprender y arbitrar en las disputas de la ciencia del pasado y del presente. A menudo, se realiza una defensa de las teorías embriogénicas apelando a su poder explicatorio. Una teoría de la explicación debe ser capaz de juzgar lo adecuado de dicha defensa"17.
Kitcher considera que su teoría de la
explicación como unificación se encuentra en inmejorables condiciones para dar
respuesta a ambos requisitos. Aunque él mismo reconoce que la tarea es ardua,
se limita a diseñar el marco dentro del cual emerge esta noción de unificación:
una teoría puede unificar nuestras creencias cuando nos provee de uno o más
(generalmente unos pocos) patrones de argumentación, los cuales pueden ser
utilizados en la derivación de un gran número de proposiciones cuya aceptación
para nosotros se encuentra justificada. Pero esta propuesta se enfrenta a otro
tipo de problemas, a los que aquí no pretendemos brindar respuestas. ¿Del hecho
que una teoría explique una diversidad de fenómenos, en este sentido de
patrones de unificación, se sigue que tenemos razones para aceptarla?. ¿Cuál es
el vínculo que se establece entre la noción de patrones de unificación y, por
ejemplo, el concepto de verdad, o, el de adecuación empírica?.
He brindado un breve repaso al programa
reduccionista y al tipo de explicación vinculado a dicho proyecto y luego
relacionado a su viejo anhelo de lograr una imagen unificada de la ciencia. Me
he dedicado también a plantear el conjunto de problemas que se les presenta.
También, expongo de modo resumido algunas alternativas para el fascinante
problema de construir una teoría de la explicación. Nos queda una pregunta: ¿es
lo planteado por el reduccionismo la única manera construir una visión
unificada de la ciencia?. Parece que existen buenas razones para responder
negativamente esta pregunta. A continuación, como cuestión previa me dedico a
exponer de manera resumida el programa naturalista como condición que nos
encamine hacia el programa de las ciencias de lo complejo que, a mi juicio, si
tiene las mejores perspectivas para lograr una imagen unificada de la ciencia
(en un sentido muy distinto al del programa reduccionista).
El Programa
Naturalista.
Retomemos nuevamente la cuestión sobre el
físicalismo. He mencionado que el reduccionismo es la posición filosófica que
considera a las propiedades físicas como las únicas propiedades realmente
existentes. En otras palabras, el reduccionismo se compromete con un monismo de
propiedades. Además, al igual que el físicalismo, se compromete con una
posición monista respecto de las entidades del mundo. En este sentido, tanto el
físicalismo como el reduccionismo aceptan que lo que constituye el mundo no
contiene más cosas que las cosas físicas. Es decir, el reduccionismo es un tipo
particular de físicalismo pues considera que sólo existen las cosas físicas y
que no hay más propiedades que las físicas. La pregunta es si se existen otros
tipos de físicalismo y que sean de corte no reduccionista.
Los argumentos a favor de una equivalencia
entre físicalismo y reduccionismo son tan numerosos como los argumentos en
contra. Recordemos que uno de los lugares en donde se produce la bancarrota del
reduccionismo es en el campo de la filosofía de la mente18. Davidson
nos plantea el "anomalismo de lo mental"19, en donde se
nos alerta de que es posible que no existen leyes para los eventos mentales. Lo
anómalo de lo mental radica en que no solamente no podemos conectar mediante
leyes un estado mental con otro estado mental; de igual modo, no podemos
conectar los estados mentales con los estados físicos. En consecuencia, al no
haber nomicidad alguna para conectar lo mental con lo físico, tampoco habrá
posibilidad de reducir la psicología a la física.
Para aquellos que piensan que no hay otra
versión físicalista aparte de la reduccionista, la conclusión del párrafo
anterior desemboca, necesariamente, en una posición eliminativista de los
fenómenos mentales20. En cambio, para aquellos que sostienen la
existencia de otras posibles versiones del físicalismo de tipo no
reduccionista, las ciencias de "alto nivel" (incluyendo la
psicología) tendrían autonomía respecto de la física. El grado y la naturaleza
de tal autonomía dependerán de que versión de físicalismo hayamos aceptado.
Con respecto al problema de la relación entre
las distintas ciencias, y dentro de una perspectiva no reduccionista (en el sentido
delineado anteriormente), nos preguntamos si es posible una visión de la unidad
de la ciencia. Visión que muestre que las ciencias formando un todo único
aunque, al mismo tiempo, contemple un cierto grado de autonomía entre ellas; es
decir, que podamos mostrar que las ciencias se encuentran conectadas entre sí
de alguna manera, pero en donde se considere que cada una de ellas tiene
sectores que le son propios, inabordables por cualquier otra. Creemos que el
programa naturalista cumple con buena parte de las expectativas21.
En cierto sentido, la epistemología y la
filosofía de la ciencia en las primeras décadas del siglo XX, se inscriben
dentro de las normativas que Frege y posteriormente Wittgenstein imponen a la
reflexión22. Cuando el modelo de la física se instala como patrón de
comparación y como índice de la capacidad del aparato analítico utilizado en la
filosofía de la ciencia, lo que no es sujeto a cuestionamiento es el conjunto
mismo de la maquinaria lógica de análisis una revisión de este tipo nos
llevaría a una "peligrosa" cercanía a formas psicologistas o
bilologicistas23, haciendo imposible el proyecto de fundar la
ciencia dentro del llamado contexto de justificación, tan caro a la
filosofía analítica.
Sin embargo, en la actualidad, son cada vez
más los filósofos de la ciencia que reclaman las investigaciones en
epistemología sean beneficiadas por los aportes que vienen produciéndose en las
distintas áreas de la ciencia. En parte, este giro se produce por la crisis de
la filosofía analítica en las últimas décadas24. La epistemología
naturalista aborda nuevamente las preguntas tradicionales de la teoría del
conocimiento: ¿qué es el conocimiento?, ¿qué clases de conocimiento son
posibles?, ¿qué métodos deberíamos utilizar para la obtención del conocimiento,
o al menos, para la mejora de la calidad técnica de nuestras creencias?. Debido
a que la ciencia aparece como ejemplo paradigmático del conocimiento humano, la
filosofía naturalista emerge como un intento de comprensión del desarrollo del
conocimiento científico.
Así, el naturalismo se ubica en una posición
más cercana a las ciencias, en el sentido de que tomará seriamente en
consideración los productos de ella como fuente de crítica sobre las
posibilidades de abordar las cuestiones del conocimiento. En particular,
considera que los miembros de nuestra especie presentan sistemas cognitivos
altamente falibles, producto de un proceso último muy lento. Es decir, el
naturalismo se pregunta sobre cómo nuestras capacidades (limitaciones) biológicas
y psicológicas nos permite aproximarnos al estudio del conocimiento humano.
La filosofía analítica considera que las
preguntas epistémicas son esencialmente lógicas, en donde los producto de la
reflexión filosófica se consiguen por medios apriorísticos, por medio del
análisis lógico exclusivamente. Ambos presupuestos son cuestionados por la
epistemología naturalista. No es en absoluto evidente que a la luz del
conocimiento de nosotros mismos, se pueda seguir considerando que -debido
nuestra arquitectura- presentemos un diseño perfecto de las estructuras lógicas
de análisis. Según el naturalismo es conveniente tomar en consideración los
alcances de la teoría evolutiva en todo aquello que se refiera a la adquisición
y utilización de una capacidad que, como la producción de inferencias, debió
tener un uso muy concreto en nuestros antepasados: les permitió sobrevivir en
un medio agresivo, en donde el acceso a la información era difícil y el tiempo
de reacción crucial. En estas circunstancias cabe pensar ¿hasta qué punto
estamos dispuestos a creer en nuestras estructuras inferenciales corresponden a
las estructuras lógicas de un razonador perfecto o ideal? ¿Somos sujetos que
hemos aparecido en la evolución portando ya un aparato productor de inferencias
característico de un sujeto de máxima racionalidad?.
Podemos preguntarnos de manera transparente
si somos capaces de elaborar creencias verdaderas cuando disponemos de
elementos de juicio suficientes. Que podemos tener un sistema lo
suficientemente eficiente como para detectar y eliminar nuestras falsas creencias.
Estas preguntas no se pueden responder, según el naturalismo, sin una revisión
cuidadosa de los aportes que provienen las ciencias experimentales. A modo de
ejemplo, para establecer el vínculo entre creencias verdaderas y conocimiento
(si toda creencia verdadera es, al mismo tiempo, conocimiento) parece
importante averiguar cuáles son los mecanismos psicológicos que subyacen al
aprendizaje de una lengua, a los procesos de memoria, percepción, etcétera. En
otras palabras, el naturalismo aboga por una competencia de las nociones
psicológicas para el análisis de ciertos conceptos epistémicos25.
De otro lado, permite también construir una
imagen de la ciencia esencialmente continua. En efecto, según el naturalismo,
las creencias que nos definen en el ámbito individual y grupal deberían ser
descritas y explicadas en términos naturales. El eje central de la reflexión es
que nosotros somos producto de la evolución biológica. Cuando aceptamos a la
evolución como un hecho, también aceptamos que con la teoría molecular del gen,
hemos establecido las bases para relacionar el ámbito de la física y la
biología en un doble sentido. Las reglas que gobiernan los procesos moleculares
en biología deben estar de acuerdo con las predicciones que provienen de las
áreas pertinentes, corresponden al tratamiento de las moléculas en ambientes
dinámicos; en especial, la termodinámica de no-equilibrio, los efectos
cuánticos en moléculas complejas, los modelos de interacción molecular, entre
otros.
Pero, además, se produce lo que podríamos
llamar "causalidad hacia abajo". Desde la perspectiva biológica, se
hace necesario que ciertos sistemas físicos contengan algunas propiedades que
caracterizan a los sistemas vivos; es decir, en los ambientes prebióticos
inmediatamente anteriores a la aparición de la vida en la tierra, debían estar
presentes ciertos sistemas que portaban aquellas propiedades mínimas necesarias
para la producción de los sistemas vivos. La caracterización de dichas propiedades
no se deriva de la física sino de la biología, de manera tal que ahora es la
segunda la que impone ciertas condiciones para la investigación en el primer
campo.
El Programa de las
Ciencias de Lo Complejo.
Sin lugar a dudas, los inmensos desarrollos
que se vienen realizando en este nuevo ámbito del conocimiento, cuya historia
se remonta a casi la mitad del siglo pasado, no pueden ser detallados como
debería ser en un breve artículo como el presente. Entonces, en vez de
aproximarnos utilizando la cronología histórica, pasaré a la exposición del
conjunto de conceptos nuevos que se han acuñado, junto con las disciplinas que
vienen empezando a edificar y a establecer los lazos de conexión propios de lo
que denomino la nueva manera de entender la unidad de la ciencia.
En realidad, puede haber diversas maneras de
dar comienzo a una exposición como la que pretendo realizar26. Por
tanto, no espero tener la preeminencia de un planteo original, aunque sí
considero que pueda servir de base a otras empresas mucho más ambiciosas, que
puedan ser llevadas a cabo en nuestra lengua.
El iniciador de todo este camino hacia nuevas
rutas que construcción conceptual que nos vienen permitiendo mirar y operar la
realidad desde perspectivas y ángulos nunca antes vislumbrados es, qué duda
cabe, Ilya Prigogine27. En 1977, obtiene el premio Nobel de química
por sus trabajos que venía realizando desde 1945 en la termodinámica de los
sistemas alejados del equilibrio28. Los conceptos de orden y caos,
estructuras disipativas, sistemas irreversibles, atractores, bifurcaciones y
ruptura de simetría, dinámica del no-equilibrio, son algunos de los conceptos
que acuña y que se han convertido en el lenguaje cotidiano de los círculos de
investigadores de las ciencias de lo complejo.
Resulta que los trabajos sobre los sistemas alejados del equilibrio han brindado una revisión completa de los conceptos que constituyen la disciplina termodinámica. Actualmente se vienen realizando diversas polémicas para tener una o unas formas adecuadas de entender el significado de los razonamientos que se derivan de su tratamiento:
"Se conoce bien que siendo muy eficaz en la práctica, la herramienta termodinámica permanece difícil de entender desde el punto de vista teórico. También se sabe bien de las dificultades encontradas no son matemáticas, sino conceptuales, y que ella se perciben por aquellos que tienen que aprender termodinámica, así como por aquellos que tienen que enseñarla"29.
Para el conjunto de las ciencias, la renovada
mirada a la realidad circundante que provoca la aceptación de que muchos sino
la gran mayoría de fenómenos en las distintas disciplinas científicas son
complejos y no simples, permite la elaboración de muchos nexos entre ellas, a
partir de la utilización de un mismo armazón conceptual que permite determinar
aquellos comportamientos, fenómenos y procesos que involucra un sistema
complejo.
Es Stuart Kauffman, quien continúa con una
renovada etapa en la consolidación del programa de las ciencias de la complejidad.
El primer libro que publica en 199330 condensa en gran medida las
tesis fundamentales que desde más o menos tres décadas a venido investigando.
El libro "The Origins of Order. Self-Organization and Selection in
Evolution", detalla desde el título la propuesta de Kauffman. El profesor
sostiene que la respuesta comúnmente aceptada en la comunidad de biólogos; es
decir, aquella que sostiene -junto con Darwin- que es la selección natural la
única fuente fundamental del orden de la naturaleza, no es adecuada. En el libro
antes mencionado y en una publicación posterior (de naturaleza más divulgativa)
31, se encargará de brindar una propuesta que para el pensar del
biólogo resulta contra intuitiva: los sistemas biológicos, de manera
espontánea, generan de modo extensivo la autoorganización y el orden.
Últimadamente, sugiere Kauffman, el mundo natural que experimentamos es el
producto conjunto tanto de la selección natural como del orden inmanente de los
sistemas complejos. Considero que esta propuesta teórica nos impele a un repensar
de modo radical la teoría biológica contemporánea32.
De modo general, la teoría de la complejidad
establece que cuando los componentes de un sistema interactúan en
circunstancias críticas, se producen las condiciones para que los componentes
se autorganizen para formar estructuras con potencial evolutivo y que exhiben
una jerarquía de propiedades emergentes del sistema.
Que exista una interacción en circunstancias
críticas significa que el sistema se encuentra en un estado rico de
información. La autoorganización implica la generación de atractores en las
interacciones locales, en determinados contextos. En general, podemos decir que
un atractor es una región en el espacio de posibles estados en que el sistema
puede entrar pero no salir. En este sentido, si utilizamos una metáfora
astrofísica, un atractor es como un "agujero negro" en el espacio,
succionando constantemente la materia pero nunca permitiendo dejar irse algo de
ella. Los sistemas tienen, en estas condiciones, el potencial de poder evolucionar
pues, las variaciones del entorno o medio ambiente selecciona y permite el
cambio ("mutación") de los atractores. Esto, a su vez, provocará que
el sistema adquiera paulatinamente múltiples niveles de estructuración,
provocando la aparición de nuevas respuestas frente a determinados cambios del
entorno. Como consecuencia de todo lo anterior, nuevas propiedades empezarán a
surgir (emerger) en el sistema.
Podemos afirmar que el centro de las Ciencias
de la Complejidad está constituido por la Teoría de los Sistemas Dinámicos, que
forma parte de la matemática pura. El tema central de la Teoría de los Sistemas
Dinámicos es, por encima de todo, el comportamiento de los sistemas de
ecuaciones diferenciales y, en segundo lugar, todo lo que puede transformarse
en tales sistemas33. El concepto más importante encontrado en las
aplicaciones y consecuencias directas de la Teoría de los Sistemas Dinámicos en
el contexto de las ciencias empíricas es el de "Caos Determinista":
comportamientos no-periódicos que ocurren en sistemas deterministas. Algunos
sistemas tienen sólo un número muy limitado de grados de libertad, y esta es
otra manera de decir que estos sistemas pueden describirse con un número muy
limitado de ecuaciones diferenciales. Pero el Caos Determinista sólo ocurre si
por lo menos una de estas ecuaciones diferenciales es no-linear34.
Como empezamos a percibir en la actualidad, los ejemplos de los sistemas que
exhiben comportamiento caótico son ahora conocidos en casi todos los campos de
la ciencia empírica35.
Empezando a finalizar esta breve
presentación, me permito mencionar algunos otros conceptos se vienen siendo
utilizados por las comunidades de investigadores dentro de este nuevo programa
de investigación: "autoorganización", "edge of Chaos"
(concepto que se refiere a aquella zona crítica en donde un sistema se
comportará frente a pequeños cambios de una manera caótica o de una manera
estable), "fitness landscapes", "conjuntos moleculares
autocatalíticos", "auto pudieses", "híperciclos",
entre otros36.
Por otro lado, un aspecto unificador de los
fenómenos en el cual la complejidad encuentra su forma de expresión pareciera
ser la dinámica autorreferencial, que aparece de diversas maneras. Entre ellas
encontramos, por ejemplo, la nolinearidad en las ecuaciones, los procesos de
retroalimentación como un mecanismo básico, la iteración o recursividad en los
algoritmos.
El Programa de las
Ciencias de Lo Complejo de la Unidad de la Ciencia.
El programa de las ciencias de lo complejo es
todavía muy nuevo, recién se encuentra en su etapa embrionaria. Por tanto, no
es de extrañar que su proceso y desarrollo sea lento. Esto mismo lo prevé la
misma ciencia de lo complejo, ya que intenta abordar a toda la realidad en su
conjunto: desde los niveles más microfísicos del universo pasando por los
niveles de la astrofísica, la química, la biología, la psicología y todas las
demás ciencias sociales, hasta los distintos aspectos que construyen nuestras
sociedades, incluyendo el comportamiento de los mercados y el ámbito empresarial,
hasta los aspectos que se visualizan actualmente y aquellos que posiblemente
surgirán en el proceso de la globalización.
Cuando se haya alcanzado la cantidad
necesaria de investigadores interdisciplinarios en todas las aristas del
conocimiento, se habrá logrado alcanzar el estado crítico requerido para la
cristalización de estructuras de organización que emergerán a nivel mundial
(creo que un indicio de ello visto desde la perspectiva académica, es el
magnífico salto cualitativo que se viene empezando a llevar a cabo el Instituto
Tecnológico de Massachusetts, y que estoy seguro será adoptado en un futuro
cercano por los mejores centros de enseñanza e investigación del planeta).
El enfoque básico mediante el cual sostengo
que existe una renovada manera de entender la unidad de la ciencia tiene como
una de sus principales características la naturaleza fundamentalmente
interdisciplinar para abordar la realidad, que propugna el programa de la
ciencia de lo complejo. La otra característica fundamental que descubro, es el
tratamiento metarepresentacional37 de su armazón conceptual, que le
permite establecer una suerte de criterios y características que definirían o
representarían por lo que sistema complejo debería entenderse (o simularse
mentalmente); en la medida de que ello es así, las técnicas y estrategias tanto
de adecuación de los fenómenos y procesos que se veían exclusivamente de la
perspectiva reduccionista, son ahora enfocados desde este nuevo armazón
conceptual (que es señalado de manera breve en el acápite anterior).
Aunque en la actualidad no existe una
completa manera hacer explícito el armazón conceptual que he mencionado (de ahí
la necesidad de que los filósofos nos tomemos muy en serio estas
investigaciones) puedo, al menos, señalar aquello que resulta de común acuerdo
entre los científicos que han adoptado el programa de la ciencia de lo complejo
como guía de sus investigaciones38,39.
- Los sistemas complejos tienen un número bastante grande de elementos.
- Los elementos de un sistema complejo interactúan de manera dinámica y dichas interacciones cambian con el tiempo.
- La naturaleza de las interacciones entre los elementos del sistema complejo es que son altamente interconectadas; de modo tal, que un elemento influencia y a su vez es influenciado por un gran número de otros.
- Estas interacciones son de tipo no-linear: pequeñas causas generan enormes resultados y viceversa.
- Las interacciones son relativamente de corta duración. Por tanto, los constreñimientos físicos y la información se transmiten entre los elementos en la vecindad. Sin embargo, esto no quiere decir que no puedan existir influencias de larga duración pues, en un sistema que contiene una red de elementos ricamente interconectados, la conexión entre dos cualesquiera elementos usualmente se alcanza en pocos pasos.
- También existen vías recurrentes de interacción. Existen procesos de retroalimentación tanto positiva como negativa.
- De lo anterior se deduce que un sistema complejo tiene una historia: evoluciona en el tiempo. De tal modo, que su estado presente se encuentra determinado o constreñido por su pasado.
- Por último, resulta difícil delinear los bordes de un sistema complejo, ya que la posición del observador influencia la definición de los bordes pues éstos se derivan frecuentemente teniendo en cuenta propósitos descriptivos.
El programa de las ciencias de la complejidad
no pretende imponerse como un modo de acceso a la realidad descalificando todos
los logros obtenidos dentro de la orientación de la investigación que se
realizó inmersa en el programa reduccionista. Por el contrario, se dedica a
poner de relieve la importancia de mantener un balance entre una aproximación
de tipo analítica, que privilegia la visualización de los fenómenos desde una
orientación de "arriba hacia abajo" (generando la "causalidad
hacia arriba", que es la manera en que nos hemos acostumbrado a pensar
desde las épocas de Galileo o Newton), con la aproximación de la complejidad,
que privilegia la visualización de los "mismos fenómenos" desde una
orientación "abajo hacia arriba" (generando la "causalidad hacia
abajo" de la que hablábamos antes). La primera orientación no permite
identificar los bloques de construcción y/o elementos de un sistema; mientras
que la segunda nos permite estudiar y comprender cómo un sector de la realidad
"emerge" de otro sector del nivel anterior; por ejemplo, nos permite
comprender cómo los sistemas vivientes surgieron de aquello en la realidad
normado por las leyes de la física y la química.
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NOTAS
1 Son clásicos los trabajos de Kuhn, T.
(1962); Merton, R. (1973); Bloor, D. (1974), entre otros.
2 Giro que plantea claramente Kuhn: "...
el estudio histórico puede efectuar el tipo de transformación conceptual hacia
el que tendemos... las tesis que hemos sugerido son, a menudo, interpretativas
y, a veces, normativas. Además, muchas de mis generalizaciones se refieren a la
sociología o psicología social de los científicos; sin embargo, al menos unas
cuantas de mis conclusiones, corresponden tradicionalmente a la lógica o a la epistemología.
En el párrafo precedente puede parecer incluso que he violado la distinción
contemporánea... entre el contexto de descubrimiento y el contexto de
justificación". Thomas Khun (1991, octava reimpresión), p. 31.
3 Ver el capítulo XI de Nagel, E. (1968); en
especial el parágrafo II: "Condiciones formales de la reducción", pp.
317 y siguientes.
4 Popper, K. (1962), p. 57, nota 1.
5 Putnam, H. (1988), p. 61.
6 Vásquez, J. (1991).
7 "... en la lógica de la ciencia que he bosquejado es
posible evitar el empleo de los conceptos de verdadero y falso: en su lugar
pueden entrar consideraciones lógicas acerca de relaciones de deductibilidad.
Así pues, no necesitamos decir: "la predicción P es verdadera si la teoría
T y el enunciado B son verdaderos"; en vez de ello, podemos decir que el
enunciado P se sigue de la conjunción (no contradictoria) de T y B. Y cabe
describir la falsación de una teoría de un modo semejante: no es menester que
digamos que una teoría es falsa, sino solamente que la contradice cierto
conjunto de enunciados básicos aceptados". Popper, K. op. cit., pp
255-256. Y sobre el valor de verdad de los enunciados básicos: "(no es
necesario considerar que estos enunciados son verdaderos o falsos)... ya que
podemos interpretar su aceptación como el resultado de una decisión
convencional y considerar los enunciados aceptados como resultado de tal
decisión (op. cit., p. 256). Esta posición es compatible con una versión no
acumulativa de la ciencia.
8 Jones, T. (1995).
9 Consideremos la situación en que podamos construir
"máquinas pensantes". Definitivamente su arquitectura será distinta
de la nuestra y, sin embargo, parece tener sentido hablar de "estar en un
mismo estado mental" siempre que la máquina se refiera a una manzana, por
ejemplo.
10 Hempel, C. (1965).
11 Gasper, P. (1990).
12 Van Fraassen, B.C. (1988).
13 Para la distinción entre leyes causales y
relaciones causales, ver Sosa, E. and Tooley, M. (1993), pp. 1-9.
14 Anscombe, E.
(1993).
15 Salmon, W. (1993).
16 Kitcher, P. (1981).
17 Kitcher, P., op.
cit., p. 168.
18 Polan, J. (1994).
19 Davidson, D.
(1980).
20 Churchland, P.
(1981).
21 Rosenberg, A. (1990).
22 Especialmente las siguientes proposiciones:
4.111 La filosofía no es una ciencia
natural.
4.112 La filosofía contribuye a la
aclaración lógica del pensamiento.
4.1121 La psicología no se encuentra más
relacionada a la filosofía que cualquier otra ciencia natural.
4.1122 La teoría darwiniana no tiene más
que decirle a la filosofía que cualquier otra hipótesis en la ciencia natural.
Wittgenstein, L. (1973), p.85.
23 Con respecto a esta posición, Husserl es de
la misma opinión: para edificar una filosofía estricta no es posible dar
ninguna concesión a las hipótesis que provengan tanto de la biología como de la
psicología. Ver: Husserl, E. (1985) Tomo I, especialmente los capítulos 2-8.
24 En parte, algunos aspectos de esta crisis
se han señalado en distintos apartados del presente trabajo. Otros aspectos
podemos verlos en: Velmans, M. (1998), en donde se defiende que un estudio de
la conciencia puede llevarse a cabo de una mejor manera dentro de una ciencia
no reduccionista. De igual modo en, Clarke, R. (1999).
25 Brown, H.I. (1991), en donde Brown realiza
una argumentación a favor de tratar el contenido de nuestros conceptos
epistémicos como un sistema conceptual sellarsiano.
26 La literatura es sumamente extensa (y esto
es sólo el inicio); por tanto, cito algunos de los trabajos que tienen este
carácter introductorio: Emmeche, C. (1997); Noshir, S. C. (1998); Leiber, T.
(1999); Vancik, H. (1999).
27 Prigogine, I.;
Stengers, I. (1979); Prigogine, I. and Stengers, I. (1984); Prigogine, I. (1997).
28 He podido encontrar que la tesis que
presenta Prigogine para obtener el l'Enseignement Superieur en Chimie Physique
(en 1945) lleva como título "Etude
thermodynamique des phenomenes irreversibles".
29 "It is well
known that while being very efficient in practice, the thermodynamic tool
remains difficult to understand from the theoretical point of view. It is also
well known that the difficulties encountered are not mathematical, but rather
conceptual, and that they are perceived by those who have to learn
thermodynamics as well as by those who have to teach it". Tane, J. (2000).
30 Kauffman, S.
(1993).
31 Kauffman, S.
(1995).
32 Riofrío, W. (1998).
33 Moser, J. (1975);
Holmes, P.J. (1980); Devaney, R.L. (1985).
34 Barenblatt, G.I. et al. (1983); Vidal, C.;
Pacault , A. (1981); Mackey, M.C.; Glass, L. (1977); May, R. (1976).
35 Babloyantz, A.
(1986); Anderson, P.W. et al. (1988); Epstein, I.R. (1983).
36 Prigogine, I.
(1967); Eigen, M.; Schuster, P. (1979); Maturana, H.R.; Varela, F.J. (1975).
37 Dennett, D. (1997);
Fodor, J. A. (1992); Leslie, A. (2000).
38 Entre los diversos
grupos de investigación podemos señalar a los siguientes: El Instituto Santa
Fe; CALResCo; EVALife: Self-organisation in life-cycles; natural organization
and evolution; nonlinear and chaotic systems; genetic algorithms and
evolutionary computation; fractal and self-similar systems, entre otros.
39 Entre los diversos
journals que empiezan a aparecer podemos indicar: Complexity; Emergence:
Complexity Issues in Organizations and Management; U.K. Non-Linear News;
Complexity International; Chaos, entre otros.
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