
Reseña escrita por José Aranda Aznar (marzo de 2005)
Siempre existe una tendencia natural a exaltar la figura de las personalidades biografiadas pero hay casos, como este de Francisco Azorín, en los que se tiene la certeza de que cuanto se diga quedará corto y apenas permitirá vislumbrar su dimensión científica y humana, merecedoras de más profundos análisis y que encuentra la dificultad añadida de falta de documentación biográfica, posiblemente por la modestia de que siempre hizo gala Francisco Azorín, que le llevaba a ocultar, o al menos a disimular, la extraordinaria cultura a que le había llevado su curiosidad por todas las materias científicas, el arte, las humanidades y las lenguas.
En el muestreo de poblaciones finitas, Francisco Azorín era una personalidad conocida universalmente y de nivel comparable con referentes tan habituales de esta disciplina como el profesor Mahalanobis, tal y como destacó M. N. Murthy en su Memorial Lectura de la sesión del Instituto Internacional de Estadística de 1981. Su libro “Curso de Muestreo y Aplicaciones”, editado en primera instancia por
Azorín tuvo otras importantes contribuciones al campo de la estadística, como la de las aplicaciones de los conjuntos borrosos (1979), que sería el germen de su discurso de ingreso en Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales “Conjuntos Borrosos, Estadística y Probabilidad” (1981), y como sus trabajos en el campo de la taxonomía matemática, tan relacionada con el reconocimiento de patrones y el análisis Cluster y que es uno de los principios básicos en los que fundamenta todo lo relativo a inteligencia artificial que todavía hoy se viene desarrollando gracias a dichas bases teóricas.
A través de su actividad docente, Francisco Azorín encontró ocasión de transmitir su conocimiento. Además de
Esta proyección también pudo realizarla como asesor de
En la “Selección de Escritos Estadísticos” de Francisco Azorín, que el INE publicó en 1984, puede apreciarse que su curiosidad hacia la ciencia estadística se extendió también a las relaciones necesarias de esta ciencia con la sociedad, por ejemplo mediante la explicación de la realidad a través de la conexión de fenómenos. El papel de la ciencia estadística, la formación de los estadísticos y el futuro de nuestra profesión fueron preocupaciones esenciales en una persona, como Francisco Azorín, comprometida con su sociedad. Leer sus reflexiones, tan llenas de elocuencia y dotadas de un nivel moral e intelectual tan elevado, es un estímulo para todos los profesionales de la estadística y una vivencia emocionante para quienes tuvimos el privilegio de conocerle.
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